miércoles, 24 de febrero de 2010

Cada segundo cuenta

Los cambios que nos rodean, hacen desaparecer por completo el universo del encuentro. El océano, inmenso, misterioso, eterno sonámbulo condenado a tantas presencias. La soledad es su anhelo. Se destiñe cada tela, cada trazo se vuelve impreciso, nada es perdurable, que cliché, tan certero. A veces es mejor callar, y el silencio cala por adentro y por afuera, pero vale, es una forma de estar en el mundo, quien sabe cual es la correcta.
No tengas miedo, yo también me he sentido así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario