domingo, 19 de julio de 2009

PARTE III

El Primero de una larga lista

Ese día Cecilia y Juan, partieron más temprano de lo común y al llegar a la casa, Beatriz, sintió un olor muy intenso y desagradable. Era una mezcla de óxido con ácido acético, un aroma una tanto indescriptible pero aun así muy familiar.
Así que entró en el baño para cambiarse tal cual lo hacía cada día de limpieza, notó que el olor se intensificaba en el baño, aunque estaba reluciente. Abrió la puerta de la bañadera pues desde allí provenía, según su olfato, ese desagradable pestilencia y fue cuando se encontró frente a la enorme mancha que según sus deducciones se había engrandecido increíblemente, sobre todo al pensar que no hacia más de dos días que la había visto por última vez.
Esta situación la preocupó a tal punto que buscó el número de la oficina de Cecilia para avisarle el altercado.

Lo que paso a contar sigue siendo inexplicable, la cuestión es que Cecilia, nunca recibió el llamado, y al volver a la casa encontró a Beatriz tirada en la bañadera, muy pálida, con los ojos muy abiertos y balbuceando. Cecilia corrió a llamar a una ambulancia pero al levantar el tubo, una voz femenina le indicó, con voz suave y despreocupada, que momentámente el servicio se encontraba inhabilitado para realizar llamadas, que se comunicara al 114 y algunos datos más.

Cecilia volvió al baño y Beatriz había adquirido un color morado, como si se estuviera ahogando, algo muy extraño invadió a Cecilia, fue placentero verla morir pensó y se sentó a contemplar el último respiro de la vieja mujer moribunda.

Una hora después, la puerta del departamento se abrió. Cecilia sintió miedo y vergüenza por la situación, ¿que le diría a Juan?, quizás pensaría que Cecilia la había estrangulado o algo por el estilo.Cecilia se sobresaltó ante los pasos de Juan, se reincorporó y abrió la puerta, sin saber que decir ni hacer.

Juan vio sin mirar a la mujer que hasta hacía poco limpiaba la casa tendida en el piso. Y besó profundamente a Cecilia. El cuadro era siniestro y a la vez romántico.
El cuerpo fue colocado en la bañera y desintegrado con ácidos.

A la mañana siguiente la mancha volvió a su tamaño habitual. Juan y Cecilia buscaron a alguien más que limpiara la casa departamento.

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